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En general, se refiere a cualquier persona encargada de presidir alguna cuestión. Su uso más común en México es el de referirse a la persona que preside el poder ejecutivo federal, es decir: al presidente de la república.
En el subconsciente de la mayoría de los mexicanos está profundamente arraigada la creencia de que el presidente es un ser de luz capaz de hacer que cualquier cosa pase o deje de pasar, todo con el poder de su firma, creencia que se deriva del sincretismo que mezcla a la cultura pre-hispánica mesoamericana (y su devoción por sus caciques y tlatoanis) con el positivismo europeo del siglo XIX (y su elevación al nivel de dios de las instituciones republicanas).
Ejemplos:
-Pepe: Ya no hay leche y no tengo dinero para comprar ni un litro. -Juana: ¿Y ahora qué van a cenar los niños? -Pepe: ¿Pregúntale al presidente?(por Pepito)